lunes, 26 de junio de 2017

Promesa cumplida

Lo bueno y malo de querer volar es que cuando todavía no tienes la autoestima en tu sitio, a veces dudas de que seas capaz de lograrlo. En mi caso puedo decir que lo he logrado.

Quizás para alguien que no haya vivido mi historia sea un poco extraño, pero lograr ir a la playa (Si lo hice y recordar la sensación de libertad en el agua ha sido algo increíble), celebrar San Juan cómo la gente normal (bebiendo, ahumandote, conociendo gente, riendo..) y tener planes de viaje, más playa, el desembarco vikingo de Catoira... Es una sensación realmente increíble.

Una parte de mí siente algo de pena por mi reacción ante estas cosas para el resto del planeta normales, pero la otra siente que estoy viviendo, viviendo de verdad. Siente que tiene amigos para hacer todo esto, siente que es capaz de ligar, siente que se puede comer el mundo y créeme es como volar en un sueño donde la sonrisa es la tónica principal.

He pasado de un día por vez, a voy a intentar pensar en el próximo mes y por primera vez en mucho tiempo, creo que he cerrado más de una herida. Tengo muchas por cerrar, tampoco me quiero engañar, pero este ha sido uno de mis mejores fines de semana en mucho tiempo.

He desplegado las alas, ahora a ver quien se atreve a cortarme el vuelo y a robarme la sonrisa.

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