lunes, 29 de mayo de 2017

Inicio de semana

Es Lunes, no brilla el sol, hace esa temperatura de 21° que tanto me gusta (ni calor, ni frío) y podría ser un inicio de semana normal y corriente pero no lo es. Hoy es un buen día.

He logrado dormir a la primera este fin de semana, muchas horas por cierto, me he despertado de buen humor sin mirar el teléfono, he contagiado algo de mi buen humor a los demás y me he planteado por primera vez en semanas y de verdad, hacer planes para los próximos días. Quizás simplemente necesitaba descansar para ver las cosas desde un punto de vista diferente.

Si, parece que ese método de un día cada vez funciona, todavía tengo algo de ansiedad sobre todo en horario laboral, pero observando a mis compañeros/as creo que es algo relativamente normal. De hecho este fin de semana ha sido el primero en semanas en el que he disfrutado estando sola, paso a paso, recuperando hobbys y descansando sin necesidad de beber alcohol.

No digo que esté bien al 100%, pero si que voy mejorando y por lo menos ya tengo una mínima visión de futuro. Quien sabe, quizás estoy empezando a pensar en mí conmigo misma y eso es bueno, para poder estar con alguien, lo primero es aprender a estar con una misma.

Así que llega el momento de planificar mi descanso y de seguir con el plan de un día cada vez... Será una buena semana.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Llega el sol

Siempre me gustó el verano. Verbenas, fiestas, amigos, la mágica noche de San Juan, sol, calor y playa.

Me he dado cuenta de lo encerrada que he estado en los últimos años y no solo a nivel social, de hecho tenía una gran vida nocturna. Lo único y casi si importancia es que era una vida social que no me llenaba, donde me sentía un cero a la izquierda y donde me pasaba todas las noches escuchando las inquietudes de una mente que no tenía espacio para escuchar las mías.

Llevo semanas corrigiendo mi miedo a estar sola (esto parece que ya lo he superado), mi capacidad de no dejarme pisar, aquí creo que tengo un trabajo más largo y mi aceptación de mi misma en soledad, he logrado que el nudo en el estomago desapareciese.

Cuando rompí la relación más larga de mi vida, además de millones de culpabilidades, inseguridades, dependencia, evasión, insomnio y un largo etc. Decidí ocuparme haciendo cursos, leyendo webs, pensando en futuro, ilusionándome con una relación imposible y ocupando mi mente para que no pudiese pensar ni un solo segundo.

Con los meses y las semanas, todo se estabiliza y cambia poco a poco, como si cada día fuese una vida nueva y los objetivos cambiasen según se aleja el dolor. Ahora necesito volar, que me dé el sol (es triste de contar pero hace como mínimo 3 años que no voy a la playa), ir a las verbenas, disfrutar de mi familia y de mis amigos, beber y follar sin pensar en que va a suceder al día siguiente.

Y no, esto no es evadirme, es ser libre. Tengo trabajo estable, no tengo cargas económicas, no tengo hijos, no tengo más problemas que recuperarme a mi misma, así que darme unos meses para disfrutar es lo mejor que puedo hacer y es lo que siento que debo hacer. Así que verano allá voy!

lunes, 22 de mayo de 2017

Mejores amigas.

Ha sido un fin de semana intenso, emocionante, con momentos buenos y momentos malos. Pero por mi parte muy clarificador y reconfortante, a pesar de todas las vivencias de estos días.

Por primera vez en semanas no tuve que convencerme a mi misma de que soy feliz, simplemente lo fui, sin pensar, sin obligarme a sonreír y sin controlar nada. Un fin de semana en el que recibí esos abrazos de amistad que curan casi todas las heridas y esas frases que te dan el golpe que necesitas para espabilar y darte cuenta de que la vida son dos días.

Tengo una de esas amigas literalmente de toda la vida que a penas veo una vez al año. Pero que cuando nos vemos sabemos si estamos bien o mal sin necesidad de contarnos la vida. Una de sus frases fué:  "-la última vez que te vi estabas apagada, no te brillaban los ojos, no eras tú, ahora has recuperado tu brillo." En la siguiente (que fué la que me espabiló) dijo: "-Antes respondías y contestabas, ya no lo haces. Tenías esa chispa, eso que te hacia diferente." Lo que me hizo pensar en cuanto me había hundido por el camino, sin a penas darme cuenta.

Lejos de encerrarme ante tal descubrimiento, creo que fué la frase que me ha ayudado a darme cuenta de que nunca fui una mujer dependiente, que siempre me moví hacia adelante sola y de que rechacé una cita con una chica por estar con mis amigas. Si, aunque tengo todavía mucho camino por delante y voy viviendo un día cada vez, creo que ya puedo empezar a vivir para mí.

Hubo momentos en mi vida en los que creí de verdad (o me hicieron creer) que no tenía amigos, que no podía encontrar nada mejor, que nunca le iba a gustar a nadie, que mi estilo descuidado no era el correcto y que mi corte de pelo me hacía horrorosa.

Pues bien, tengo a las mejores amigas del mundo, me tengo que gustar a mi misma primero, mi estilo no es malo y mi corte de pelo es genial. Y gracias a mis amigas, cada día mejoro y a una velocidad considerable.

Así que gracias por estar ahí y gracias por soportarme. Os i love you.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Realidad

Decía Joaquín Sabina aquello de que tardo en aprender a olvidarla 19 días y 500 noches. También decian los psicólogos que evadirse de la realidad no es bueno ni lleva a la felicidad, pero no estoy del todo de acuerdo, a fin de cuentas todo lo que nos gusta es evasión: cine, música, sexo, alcohol, drogas... ¿Porque vivir en un mundo con una realidad dolorosamente brutal?

En estos momentos siento como si en mi interior existiesen dos o tres yo diferentes.

El que sonríe y transmite a los demás alegría, ese que quiere salir, que ha vencido las ganas de enterrarse en una cama, ese que perdona y se perdona, el yo que se atrevió a romper todo su mundo, el yo que gana por el día.

También existe el yo nocturno, el de las pesadillas, el que tiene un nudo en el estómago cuando analiza el pasado y quizás no es un nudo por el pasado más reciente, si no por el de hace unos meses. El yo que no teme a la soledad si no a la adición de estar con alguien por escaparse de la realidad, el yo que ve que ser feliz puede ser una evasión, el de los 19 días y 500 noches.

Y el tercer yo, el que une a los dos anteriores y estabiliza la situación, el que se atreve a pensar en futuro, el que no se tortura cual romántico del siglo XIX, el que diseña este blog según va evolucionando. Primero un paso y luego otro. El yo que dice descansa de la euforia y descansa del vacío.

Estar segura de una misma no es no tener dudas. Ser valiente no es no tener miedo. Ser libre no es hacer lo que uno quiere. La valentía es enfrentarse al miedo, la seguridad es la conciencia de saber que se debe y se puede evolucionar y la libertad es elegir que hacer de forma coherente y analizando los daños propios y ajenos.

Tardaré en olvidar 500 noches, pero lo que realmente quiero hacer no es olvidar si no aprender.

lunes, 15 de mayo de 2017

Subidas y bajadas

No me gustan los cambios, de hecho me ha costado mucho romper con ciertas cuestiones por costumbre o porque en la zona de confort se vive muy bien (o eso piensa uno en ese momento).

Pero mi vida en los últimos seis meses ha sido un constante cambio diario, salir de una pareja, meterme en otra, cambiar de círculo de amistades, dejar de lado proyectos, hacerme adicta a las redes sociales y dejar la adicción, beber alcohol... Un sube y baja que puede parecer una locura, pero que creo que era lo que debía hacer.

Nunca pensé demasiado las cosas, por lo menos a nivel sentimental, lo que me ha llevado a llevarme guantazos muy grandes y meterme en muchos líos o a veces hacerle daño a personas que no se lo merecían. Aunque también ha tenido sus ventajas, vivir y sentir al límite.

Ahora reconozco que estoy inestable, con orgullo, mucho más estable y feliz que hace seis meses, más delgada y mas sonriente, pero conocedora de que todavía no estoy preparada para lanzarme a ningún vacío y para decidir que camino tomar.

Lo que si que tengo claro es que me voy a pasar lo que queda de año regresando a la libertad salvaje y casi adolescente de vivir con amigos aventuras y de aprender a sonreír cada día​ un poco más.

Ya no me voy a plantear más que voy a hacer la próxima semana. Un paso cada día, el trabajo, el futuro, la seriedad y formalidad del adulto nunca fueron para mí. Mi ex me llamaba cabeza loca y quizás tenía razón, pero en estos momentos lo que me mantiene con esa sonrisa además del orgullo, es vivir un día por vez.

Esto no significa que no tenga nudos en el estómago y que viva en un mundo Flower Power, no me estoy escapando de lo que siento, no está vez. Solo estoy aprendiendo que cuando te rompen los sueños, en el día a día también encuentras motivos para sonreír.

jueves, 11 de mayo de 2017

Orgullo y prejuicio

Durante los últimos años de mi vida reconozco que estaba perdida y que realmente no sabía que quería del mundo. De esto nadie tiene la culpa, o quizás si, pero estoy en una fase en la que me he propuesto aprender de mis errores y mejorar.

Inseguridad, dependencia, miedo a la soledad, baja autoestima, no tener ganas de salir, confundir sentimientos o confundir emociones, fueron muchas de las consecuencias​ de no quererme una mierda y de perderme en un montón de situaciones negativas.

Pero siempre hay algo que te hace salir del agujero. Amor, miedo, familia, sueños, supervivencia o orgullo. Y en mi caso ha sido orgullo. Alguien me dijo una vez que si había salido adelante había sido por orgullo, al principio me dije a misma que eso eso no podía ser bueno y que quizás fuese algo de autoengaño, pero cambiar de idea no es ser voluble es evolucionar.

Reconozco que los últimos meses han sido como un placebo, un estado en el que he salido de una relación a otra sin tener ni un segundo de espacio para analizar el porqué de todo. Siempre me he culpado a mi misma, que si aguanté mucho, que si no valgo, que si mi trabajo es una mierda, es que no pienso... Pero esta vez ha sido diferente.

Esta vez ha sido el orgullo quien me ha levantado, no he sido yo quien he abandonado a nadie (por lo menos no esta vez), no he sido yo quien se ha rendido, no he sido yo quien busca culpables y no he sido yo quien se ha metido en una relación sabiendo que la otra persona iba a tener momentos de dependencia, dudas e inseguridades.

Si alguien me deja adiós. Puedo entender muchas cosas, pero ya va siendo hora de que me entiendan a mí.

Lo mejor es que por este orgullo, me he dado cuenta de que no necesito a nadie para ser feliz y de hecho no me autoengaño, me he reído está semana hasta el punto de que me duelen las abdominales. Y no por reírme de nadie, si no por reírme con alguien.

Orgullo de no permitirle a nadie más verme llorar, orgullo de no rendirme nunca más, orgullo de no dejarme caer por mis amigas, orgullo de no ceder a niveles increíbles, orgullo de saber que lo estoy logrando por mi y no por nadie, orgullo de no estar pendiente como un perro de alguien me responda y que aún encima se estrese, orgullo de poder ser yo.

Si ayer escribía que lo primero con lo que iba a luchar era mi dependencia emocional, hoy lo corroboro. Lo hago aunque sea por orgullo.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Quiero volar

He tenido una extraña semana. Es la primera vez en años que realmente no tengo una pareja a mi lado y una semana en la que por primera vez y de verdad pienso en mi.

He decidido quedarme en silencio, no suplicar, no volver a correr otra vez a los brazos de alguien por no sentir ese vacío, no pensar en que fallé o que hice mal, no torturarme por un pasado que en el fondo no quiero cambiar. Las vivencias están ahí para aprender y cada decepción nos hace más sabios y más fuertes.

Como en todas estas situaciones tengo momentos buenos y momentos malos, pero está vez y de verdad, los buenos momentos ganan. He sonreído por mí y para mí, realizado planes por mí y para mí. Y me he dado un tiempo para decir en su momento lo que deba decir, a fin de cuentas a mi me dieron largas durante muchas semanas.

Es extraño, en algún momento me siento culpable por sentirme bien. Es como si la costumbre de vivir en un mundo de estrés y la costumbre de pensar mas en los demás que en uno mismo, provoque está situación de sentimientos cruzados, aún así me siento bien estoy volando por fin y por mí. Reconozco que da miedo y que asusta, pero sé que lo voy a lograr.

Siempre me he lanzado en las relaciones al vacío sin paracaídas, pero no me arrepiento y creo que esta parte de la historia no la quiero cambiar, vivir al máximo aunque me de el golpe. Madurar si, que el resto de personas que se crucen en mi camino se pierdan mis errores y mi ilusión infantil, no me parece justo.

Estoy aprendiendo a no ser dependiente, a contar lo que siento, a pelear y discutir con quién debo y a guardar silencio con quién no me quiere en su vida y no me merece. Es duro y a veces me siento como en una montaña rusa, pero nuevamente gana la sensación de libertad, tranquilidad y alegría.

Sé que tengo un largo camino por recorrer, pero parece que mi dependencia emocional va a ser lo primero que va a desaparecer. Quizás la próxima semana me sienta peor, por ahora sigo con una sonrisa en la boca y un miedo al que estoy venciendo.

lunes, 8 de mayo de 2017

Iniciando

Me perdí, en algún momento de mi vida me perdí. Olvidé la magia, las ganas de escribir, las ganas de sentir por mí o de saber lo que realmente quería. Lo fácil sería culpar al mundo, a la situación, al ambiente o a la vida, pero lo real es que uno solo se puede perder a si mismo.

No escribo este blog para buscar la solidaridad de nadie, ni escribo para ayudar a quien se haya perdido alguna vez o quizás buscar ayuda. Simplemente escribo porque siempre me ha resultado más sencillo expresarme con letras, porque desde que me perdí me escondí detrás de un muro que me alejó del mundo y que evitó que este conociese que sentía, hasta el punto de creerme que ya no me afectaba nada.

Aprendí a no mandar a la mierda a la gente, no por cobardía ni por dejadez, si no porque cuando uno en su vida real recibe gritos por su trabajo durante 8 horas al día, aprende que decir las cosas de forma sutil suele ser más efectivo.

Aprendí que ser libre da miedo y que lanzarse al vacío por lo que creía era amor, no es tan malo como parece y sobre todo aprendí que el rencor solo trae más dolor y que esconderse no siempre es malo.

Comienzo este blog como terapia personal, como esfuerzo casi egoísta de tener un espacio silencioso y propio en una esquina de Internet y como diario para seguir mi propia evolución personal.

Hoy es el primer día en el que sonrio por mí y no por nadie, es el primer día en el que pienso que el miedo y la ansiedad es eso que está ahí para recordarme que la felicidad dura lo que uno le permita.