miércoles, 24 de mayo de 2017

Llega el sol

Siempre me gustó el verano. Verbenas, fiestas, amigos, la mágica noche de San Juan, sol, calor y playa.

Me he dado cuenta de lo encerrada que he estado en los últimos años y no solo a nivel social, de hecho tenía una gran vida nocturna. Lo único y casi si importancia es que era una vida social que no me llenaba, donde me sentía un cero a la izquierda y donde me pasaba todas las noches escuchando las inquietudes de una mente que no tenía espacio para escuchar las mías.

Llevo semanas corrigiendo mi miedo a estar sola (esto parece que ya lo he superado), mi capacidad de no dejarme pisar, aquí creo que tengo un trabajo más largo y mi aceptación de mi misma en soledad, he logrado que el nudo en el estomago desapareciese.

Cuando rompí la relación más larga de mi vida, además de millones de culpabilidades, inseguridades, dependencia, evasión, insomnio y un largo etc. Decidí ocuparme haciendo cursos, leyendo webs, pensando en futuro, ilusionándome con una relación imposible y ocupando mi mente para que no pudiese pensar ni un solo segundo.

Con los meses y las semanas, todo se estabiliza y cambia poco a poco, como si cada día fuese una vida nueva y los objetivos cambiasen según se aleja el dolor. Ahora necesito volar, que me dé el sol (es triste de contar pero hace como mínimo 3 años que no voy a la playa), ir a las verbenas, disfrutar de mi familia y de mis amigos, beber y follar sin pensar en que va a suceder al día siguiente.

Y no, esto no es evadirme, es ser libre. Tengo trabajo estable, no tengo cargas económicas, no tengo hijos, no tengo más problemas que recuperarme a mi misma, así que darme unos meses para disfrutar es lo mejor que puedo hacer y es lo que siento que debo hacer. Así que verano allá voy!

No hay comentarios:

Publicar un comentario