lunes, 15 de mayo de 2017

Subidas y bajadas

No me gustan los cambios, de hecho me ha costado mucho romper con ciertas cuestiones por costumbre o porque en la zona de confort se vive muy bien (o eso piensa uno en ese momento).

Pero mi vida en los últimos seis meses ha sido un constante cambio diario, salir de una pareja, meterme en otra, cambiar de círculo de amistades, dejar de lado proyectos, hacerme adicta a las redes sociales y dejar la adicción, beber alcohol... Un sube y baja que puede parecer una locura, pero que creo que era lo que debía hacer.

Nunca pensé demasiado las cosas, por lo menos a nivel sentimental, lo que me ha llevado a llevarme guantazos muy grandes y meterme en muchos líos o a veces hacerle daño a personas que no se lo merecían. Aunque también ha tenido sus ventajas, vivir y sentir al límite.

Ahora reconozco que estoy inestable, con orgullo, mucho más estable y feliz que hace seis meses, más delgada y mas sonriente, pero conocedora de que todavía no estoy preparada para lanzarme a ningún vacío y para decidir que camino tomar.

Lo que si que tengo claro es que me voy a pasar lo que queda de año regresando a la libertad salvaje y casi adolescente de vivir con amigos aventuras y de aprender a sonreír cada día​ un poco más.

Ya no me voy a plantear más que voy a hacer la próxima semana. Un paso cada día, el trabajo, el futuro, la seriedad y formalidad del adulto nunca fueron para mí. Mi ex me llamaba cabeza loca y quizás tenía razón, pero en estos momentos lo que me mantiene con esa sonrisa además del orgullo, es vivir un día por vez.

Esto no significa que no tenga nudos en el estómago y que viva en un mundo Flower Power, no me estoy escapando de lo que siento, no está vez. Solo estoy aprendiendo que cuando te rompen los sueños, en el día a día también encuentras motivos para sonreír.

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